CUENTOS


Escuchando  las Estrellas
La realidad de los sentimientos es algo tan pueril y fugaz que cada suspiro que emanan las fuerzas de algo que se define como amor tarda una eternidad en poderse olvidar, más cuando esos pequeños lapsos de tiempo definen la vida. La vida esta llenas de decisiones que definen nuestra vida, algunas para sufrimiento no dependen de nosotros.
Una mañana común, un día que insinuaba su tristeza de las cuales ya estaba familiarizado ahogado por mis infortunios pasados y la falta de motivación que mi pecho había resignado a tener. Siendo las 4 de la mañana como rutina ahogar mis penas en un cigarro que todos los días guardaba antes de dormir para ayudarme al otro día a tolerar a dosis de nicotina ese vacío tan grande, aplastando las ganas de sonreír ante rutinas diarias de postergación de deberes y suspiros reciclados sin sentido.
Disfrute cada bocanada de humo que al cabo de segundos como era costumbre despertaba en mi tos, que para la cotidianidad era culpa de ese mes tan frio y extraño debido a laproximidad de el emanar de las flores y la alegría de la mayoría de las personas, aun cuando para mi solo era un mes en el cual Jesucristo fue crucificado, de pronto por eso mi tristeza era tan divertida al pensar ideas tan lunáticas que solamente una persona sin cabales mentales podría citar con cierta luz en su sonrisa.
Baje al baño esperando que cuando el caer de las gotas por mi espalda me hiciera botar cada uno de mis camisas de fuerza de fatiga del día anterior, que como rutina esperaba que acabasen viendo las estrellas destellar con luz propia intentando buscar una estrella fugaz con infantil ganas de iniciar mi sueño después de mi deseo irreal que jamás llegaría.
Terminando mi fatigante baño y el ciclo de vestir mi cuerpo, cepillar mis dientes, y observar mis grandes ojeras que todas las mañanas me hacían pensar sin falta que mi falta de sueñome hacían cada vez más un mapache humano que caminaba entre humanos.
Ese día como era responsabilidad diaria tendría que llegar muy puntual a las 7 para presentarme al jefe de piso para empezar a evolucionar pacientes lo cual era fatigante pues tratar de adecuarse a infinidad de personalidades agotaba hasta la ultima gota de sudor intentando ser servicial ante personas que jamás pensarían de la misma forma que la mía.
Ese día después de mi turno tendría que dirigirme a la facultad a consultar los horarios de unos cursos que me habían intrigado y motivado meses atrás. Para colmo no tendría la certeza de si todavía estuviera abierta la convocatoria. Termine mi turno y sin pensarlo mas Salí disparado a ver si mi suerte todavía estaría o tendría que seguir mi plan de soledad y muerte en mi casa, debido a que me asesinaba a cuotas de 200 $ por cada cigarro que con gusto prendía. La sorpresa fue tal que fui el ultimo en inscribirme y con el animo elevado decidí descansar al lado del anfiteatro en un pasillo extenso donde todo estudiante de medicina acostumbraba a descansar, dejándose arrullar de tantas almas que en esa facultad permitían que explorasen sus restos.
Solo fueron 15 minutos de descanso, cuando mis oídos captaron algo, un sonido tan delicado y firme que solamente nublaba mi mente por así decirlo. Fue ese momento en el cual la curiosidad me hizo mirar fijamente pero sin interés para encubrir la pena que podría sentir si ese avistamiento fuese incomodo. Lo que mis ojos ese día vieron fue lo que jamás mis pupilas dejarían de desear tanto, una mujer hablando de sus rutinas, sus días alegres y como ante sus enseñanzas pueriles sus compañeros atentos intentaban comprender al igual que yo el desconocido que la espiaba curiosamente. Tenía un rostro que ahogaba cualquier palabra que pudiese intentar decir, sus labios quemaban mis ojos con cada movimiento de vocales que coordinadamente mi corazón seguía con cada latido, su piel era tan clara y delicada como nubes que abrazaban su ser.
Fueron los 25 minutos mas largos de mi vida, intentando comprender el porqué de su atracción. Había vivido muchas relaciones pasadas, encuentros fugases con mujeres mas bellas pero esa mujer en ese momento había dejado mi mente flotando, con sus destellos de alegría mi vida tenia sentido, pensé, mis deseos al cielo y aquellas estrellas fugases que tanto admiraba en las noches habían bajado y expresado su ser en alguien tan perfecto que si mi deseo se cumpliese tendría que darle un beso y cumplir mi anhelo diario, conocer la alegría.
Ese día no pude dormir sin dejar de pensarla, desesperado por saber el nombre para en un futuro ser un tonto esperando que pudiera coordinar alguna palabra solo porque llevase su atención hacia mí. Esa noche pregunte hasta el cansancio su nombre hasta que por fin pude averiguar tan perfecto vocablo “Alejandra”, fue la palabra que escribió una estudiante de primer semestre, que conocía a dicha mujer y que por gusto hacia mi fue amablemente la primera pieza de esta historia.
Hablamos cerca de 1 hora, un poco incomodo para ella que un hombre la tuviese hablando del mismo tema sin algo mas que pudiera llamarle la atención, almenas para poder animar la charla que se tornaba aburrida para ella, debido a que la estupidez del hombre ante algo superior aburre con su monotonía, dejando en claro sin decir con palabras que ella seria mi cupido. Discutí cerca de 50 minutos antes de escuchar algo que paro mi corazón y opaco mi sonrisa. Esa niña tan hermosa tenia novio, y llevaban cerca de 3 meses con aquel personaje, dejándome solo un trago amargo y una idea que toda persona en su vida se ha planteado “mi suerte es una mierda”, siendo mierda la palabra mas cercana para describir que el destino defecaba mis sueños, haciéndome pensar que en la vida las decisiones definen el curso, pero algunas no dependen de uno.
Ese día intente asimilar la idea de manera razonable pensando en que no podía interferir y más trágico aun, ella ni sabía que existía. Intente conciliar con concejos propios y frases de apoyo que leí en un foro de desamor, que deprimido consulte como recurso absurdo que todo enamorado en apuros solicita a sus dedos. Esa noche en mis sueños conciliando ante la oportunidad que perdía, decidí que las cosas importantes no se deben dejar pasar, porque el tiempo se encargaría de castigar la estupidez de no luchar por algo que podría definir momentos especiales que no se borrarían jamás.
Busque su correo y decidí entablar una comunicación, pensé en hablarle por aquel medio para no parecer aquel tartamudo estudiante de medicina que solo refería estupideces al verla a los ojos. Aquel día mande la solicitud y espere, pasaron días sin que ella aceptase la solicitud, siendo para mí los días mas largos dejándome claro por momentos que yo seguiría siendo una persona más en el mundo para ella.
Cuando por fin pude tener la dicha de escribir a distancia pero con ganas de tenerla cerca, tuve las palabras mas pausadas e inteligentes que jamás había podido decantar de mi mente tan colapsada.
Pasaron días en que no podía faltar la cita virtual, los días de preocupación por su jornada, las palabras de aliento y apoyo que brotaban con cariño, como si nada mas importara en mi vida. Dos semanas después intente acordar una cita, aunque sin dejar claro que yo pensaba tal cosa, solamente solicite haciéndome una persona interesante que la charla tenia que ser acompañada con un café, pues nada mejor que una charla mirando a los ojos y distrayendo el nerviosismo sosteniendo una taza caliente de café colombiano, pero con susto de que ella pudiera tornarse hostil ante una solicitud de un desconocido y mas ella con una relación en proceso que llevaba 90 días de momentos, cuando la mente juega a hacer conjeturas de si seria feliz y yo solo seria un amigo intenso de aquella carrera que por falta de tiempo intentaba concretar citas desesperado.
Ese día ella acepto y puntualizamos que seria a las 3 de la tarde del día siguiente siendo algo discreto de amistad, sin sentidos ocultos que se definiría solamente en conocer aquel personaje que le daba tantas palabras de aliento afirmo ella. Ese día me reuní con varios compañeros para hacer una diligencia, aunque mi nerviosismo se escapo para una junta de concejos de como podría agradarle a una chica que nublaba cualquier actitud de perspicacia que estaba acostumbrado a citar con mujeres banales.
El reloj agitaba sus manecillas como si estuvieran conectadas con mi nerviosismo, dejándome por cada minuto menos preparado, pero que no se detenía. Me dirigí a cumplir la “cita”, y pensando en como seria la primera impresión medite que tendría que ser tal como me he basado siempre, dejando a un lado los concejos que pudieran entorpecer mi conquista.
La vi venir subiendo por la calle a un paso lento sin percatar que era yo el que la había estado cortejando sin cortejarla, solamente siendo un amigo más. Venia degustando una manzana que para calmar la sensación de hambre siempre cargaba en su bolsillo esperando que su estomago le motivara a sacarla. Me presente de una manera cordial pero sin mostrar el interés que estaba sintiendo, siendo la manera mas fácil de poder congeniar con una niña acostumbrada a sentir los halagos como rutina diaria. Ese día hablamos de tantas cosas pero en mi mente solamente pensaba tomándome cada copa de licor que con decencia sugerí que bebiéramos, las ganas de decirle que daría lo que fuera para que me viera de un modo distinto. Fueron tan rápidas las horas de esa tarde hasta casi anochecer, cuando se me ocurrió pedirle que me dejara llevarla a la universidad para que asistiera a su clase de las 6, inmediatamente con una respuesta negativa, debido a que no quería que la gente de la universidad tergiversara la situación. Insistí argumentando que jamás podría causarle algún problema, solamente quería que llegase segura y sin que pasara incomodidades del transporte publico.
Todo el camino estuvimos hablando y terminando los temas que dejamos inconclusos en la tarde, pero un poco con tristeza porque seria solamente ella la que decidiría si podría o no repetirse, por lo que el trayecto lo extendí manejando un poco lento pensando en “la seguridad”. Cuando llegamos no abrí la puerta esperando que ella tampoco lo hiciera, y así fue, ella voltio su mirada hacia mis ojos y me dijo que le había fascinado la tarde de charla pidiendo que se repitiera.
Tres semanas después viví el mejor beso de mi vida y 11 meses después estamos esperando un bebe, que me ha dejado claro que la felicidad siempre esta, depende de que tan dispuesto estas a escuchar las pistas que te da la vida, pues la razón del éxito es saber definir que las estrellas están a tu alcance.

Autor: Juan David Morales Calderón



El Misterio de los Ojos Azules

El tumulto trastocaba la cabeza para admirar los rostros pálidos que tenían de semillas color azul incrustadas en las cavidades. Saboreaban la belleza fluyente de un celeste-sombrío, porque detrás de ese pigmento natural había un peculiar ver. Cada paso que daban polemizaban un espectáculo para los que se perdían descubriendo la clave para obtener un par de ojos del mismo tipo. En cambio yo, volteaba para otro lado al saberme no reflejada en los palpitantes contornos de las pupilas. Era cuando las cuestiones me invadían el cráneo, ¿los de ojos azules querrán tener ojos cafés? El cielo azul, la tierra café, ¿la tierra querrá el azul del cielo y el cielo el café de la tierra? Ningún dictamen se me consentía. Fue sino hasta la tarde en que revoloteaban dos niños muy discrepantes, el primero de ellos tenía una tez de piel morena, sus fanales en cambio eran tan claros como el agua acumulada. Sonreía brincaba y se me acerco para pedirme un dulce, se lo di afablemente. Detrás del primer niño había otro con una dermis blanco casi transparente y una vista café como la cascara de los árboles. Les pregunte ¿Cuál es el misterio de los ojos azules? A lo que ellos respondieron “ninguno que no se pueda resolver con un poco de creatividad”. Entonces trate de ir al fondo de sus palabras para crear una vasta explicación base acerca del acontecimiento que vi en los dos pequeños, concluí en un método quimérico pero razonable para resolver al nombrado problema, por el idioma, raza, religión y todos los modelos aceptados en los que nos clasificamos. 
Autor: Alejandra Merino Villegas

 


Las Gemelas

Hace mucho tiempo, en el mundo de la fantasía vivía dos hermanas que eran gemelas eran iguales por fuera y diferentes por dentro. Una se llamaba Lucía, era buena estudiante y cariñosa, otra se llamaba Rebeca era baja y perezosa. Lucía siempre sacaba muy buenas notas y Rebeca siempre cateaba. Un día, Rebeca le hecho un hechizo a Lucía para que se convirtiera en una araña y en el momento en que está fue a lanzar el hecho mágico, entró Willy un amigo de ellas dos, el cual conocía la maldad de Rebeca y la envida que esta sentía hacia la dulce y buena Lucía.
Willy detuvo la mano de Rebeca para que esta no pudiera lanzar el maléfico hechizo, que a su vez cayó sobre la misma Rebeca convirtiéndose ella misma en una fea y despreciable araña.
Tanto Lucía como Willy decidieron encerrar a la malvada araña Rebeca en una fría y oscura jaula donde pudiera pensar y arrepentirse de todo el mal que había causado a su hermana gemela y a toda la gente que tenía alrededor.

Autora: Claudia Sánchez
 

 La Hora del Adiós

Domingo. 
Hoy, me levanté temprano para ir al parque.
Puedo afirmar que a esta hora está casi desierto, lo sé porque vivo a media cuadra.
Necesito pensar un poco, despejarme...
Está un poco fresco, todavía se siente el olor del césped húmedo, cubierto del rocío nocturno. Al costado de la vereda que tránsito, los lapachos empiezan a mostrar sus flores, claro, ya empezó la temporada...
Los hay de todos colores, rosas pálidos, morados intensos, amarillos y el exclusivo blanco.
En sus ramas puedo ver un par de gorriones aleteando, sus gorjeos destacan en el silencio.
Llevo conmigo el celular, mi última esperanza, que hoy me llames.
Mientras camino voy pensándote, como siempre, como cada día desde que te conocí y acepté como amigo...como cada día que esta amistad se transformó en amor.
Pensé en recordarte un poco menos para así ganarle a la melancolía...
Pero en mi alma siguen estos silencios.
Mis pensamientos me dicen que espera un poco más antes de tomar una decisión, pero ya no puedo. A esta altura ya no sé siquiera si existís o solo fue una creación de una adolescente crédula y enamorada.
Sin darme cuenta y sumida en mis pensamientos llegué a la fuente, bueno... llegó la hora entonces…
Llegó la hora mi amor de decirte adiós.
Llegó la hora de seguir mi camino, aunque te sigo queriendo.
Este amor apasionado y triste sigue dentro de mi alma. Quizás te quise demasiado, no sé. No sé tampoco si este amor fue mucho o poco, pero sí sé con absoluta certeza que ya nunca volveré a amar así.
Sé que no podré olvidarte y que mi gran sueño está muriendo en esta despedida.
Seguiré pensando en vos, seguramente. Pero confió en el tiempo, que dicen es el gran sanador de todos los males.
Acurrucada en el banco ,descubrio que las gotas de agua que trae la brisa que pasa por la fuente se confunden con mis lágrimas.
Fueron demasiadas lágrimas pienso.
Te amé en presente y en futuro, y seguiré amándote por el resto de mi vida.. y mientras esta avalancha de sentimientos me conmueve sigo mirando el celular...
Y  el sigue mudo.
Hora de seguir, será lo mejor para mí me digo en voz baja tratando de convencerme.
Una última mirada a mi celular, que sigue mudo...
Un suspiro amplio... y despliego mis alas y vuelo a una nueva vida ,porque al fin y al cabo las elfas como yo, que viven en el mundo de los sentidos, camufladas en fachadas de adolescentes rebeldes, también deben encontrar su camino.

 Autor: Neko



 
Una Noche Peligrosa

Al momento de sentir el estallido de la llanta de mi carro mantuve con energía el timón para evitar una volcadura en medio de la oscura carretera .A duras penas lo evité y con el último recorrido del carro lo ubiqué a un lado de la vía para no obstruir el paso de los vehículos que transitaban por la autopista .
Ya era medianoche . Cuando mi amiga Gioconda me telefoneó alcance a observar que el reloj marcaba exactamente las 9 pm. La voz de la mujer se escuchaba angustiada:" Ayúdame tratan de violentar la entrada de mi hacienda "....y enseguida se cortó abruptamente la comunicación .Medio somnoliento me terminé de despertar y en un momento me dispuse a ir en auxilio de mi desesperada vecina....y amante .
La ruta a su casa me la sabía de memoria, con pelos y señales , pues acudía a la cita sensual semanalmente . Gioconda era una mujer decidida y nunca tuvo escrúpulos para negarme su amor erótico. Había terminado su relación conyugal de manera violenta y sin contemplaciones . Su marido, un poco más joven que ella , había resultado una pareja sin ternura alguna y de carácter agrio y prepotente . Ella se enamoró de este ejemplar sin igual , y muchas veces llegó a decirme : " Nunca supe porque lo acepté como marido ". Cosas inexplicables - le respondía yo siempre.
Igual pregunta me hacía yo detenido en una oscura y desierta carretera, sin nadie a la vista que me colaborara con mi desvare .Calculaba que estaba a unos 5 km de la hacienda de mi querida.
La noche aparecía como en contra mía . La luna, oculta tras nubes negras presagiaba tal vez un torrencial aguacero .Me dispuse a dejar abandonado mi carro y empezar a caminar hacia la parte más empinada de la zona, en donde aparecía como una fortaleza la Hacienda Paraíso .
Anduve casi quinientos metros y vi unas luces que aparecieron a lo lejos , no sé por qué causa me oculté un poco en la maleza a un lado de la carretera esperando que pasara el Ferrari, alcancé a divisar su marca de manera nítida . Pero seguidamente y de manera intempestiva apareció otro vehículo como persecutor del Ferrari y casi enseguida se escucharon disparos que pegaron en los vidrios traseros del auto deportivo haciéndolos añicos .Esto me causó pánico y como pude me lancé de cabeza para caer en un banco de arena; me quedé quieto y escuchaba como zumbaban las balas entre los contrincantes de la vía , vía de sangrienta ocurrencia . Pasaron los minutos y al no escuchar más ruidos cercanos me decidí en levantarme y otear oculto detrás de un árbol que me servía de escudo .
Respiré hondo al no ver ningún rastro de la refriega . Solo restos de vidrios panorámicos regados por la carretera. Apresuré el paso y mire mi reloj. Marcaba las 12:30 am. Había pasado casi una hora desde mi detención abrupta por causa de la llanta espichada . Me pasé la mano por el costado izquierdo y sentí mojada, muy mojada mi mano . Miré y apareció un líquido rojo ....!Estaba sangrando !. Me entró un miedo terrible no sabía si era por motivo de un rasguño con algún pedazo filoso o alguna de las balas que pudo herirme en el momento de la balacera . De cualquier manera la sangre manaba de mi cuerpo aunque no era muy fluida. No me quise detener a examinar esto y aceleré el paso. Creía estar muy cerca del objetivo que me proponía alcanzar. Para acortar camino tomé un atajo que reconocí al instante , entré en un terreno lleno de altibajos , la tierra blanda hacia menos dura la travesía ,pero la oscuridad aumentaba por causa de los follajes de las ramas del bosquecillo por el que estaba transitando .Escuche un ruido extraño como a unos 50 metros de donde me encontraba y me detuve y creí escuchar como un lamento , un lloriqueo .Para no ser sorprendido o caer en un ardid o trampa ,me quede quieto para escuchar con nitidez y comprender la sucesión de lo que acontecía ,allí cerca , muy cerca de donde estaba .Pasaron unos largos minutos que me parecieron los más largos de la noche negra que estaba viviendo . NO se escucharon más estos lamentos y quede más preocupado todavía. Acaso la persona que se quejaba había muerto? Eso tal vez era la única causa del silencio que rodeaba el paraje. Sentía el dolor aumentar y mis fuerzas iban disminuyendo, algo que yo esperaba. Me encontraba desorientado totalmente. Hacia donde seguiría caminando hacia adelante, a un lado? De pronto a lo lejos se encendieron luces como de varios vehículos detenidos iluminando la escena.
Avancé como pude. Iba arrastrando mi pierna derecha que se me había paralizado o acalambrado. Si gritaba pidiendo auxilio tal vez delataba mi presencia. No sabía que podía estar ocurriendo adelante de mí .Salí a un descampado y ya muy cerca me detuve. "Alto, quien viene " escuché que me gritaba una voz. "No dispare, no dispare, soy amigo de la señora " - grité desesperado. Me caí sin fuerzas a la hierba del jardín de la hacienda y me quedé viendo unas manos que me tomaban, palpando mis sentidos. No vi más, me quedé como en un laberinto, como un túnel. Antes de caer en la inconciencia total escuché algo así: " parece el hombre que buscamos, está acusado de asesinar a Gioconda Fornari”.

Autor: Herman Ríos Castro



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